Guía práctica de comportamiento en Sala (2ª Parte)
Esta entrada sirve de segunda parte de mi anterior publicación “Esquema y funcionamiento del juicio oral” (si aún no la has leído, te recomiendo hacerlo clicando en el enlace) y consiste en una serie de consejos prácticos que, por nimios que parezcan, creedme que pueden marcar mucho la diferencia a la hora de dar una imagen positiva de cara al juez, lo que le hará inconscientemente más propenso a escucharnos. Vaya por delante que estos consejos no son algo taxativo e inamovible, ni mucho menos. En ocasiones el cliente o testigo deberá saltarse intencionalmente alguno de estos puntos, pero lo hará siempre con el conocimiento y el asesoramiento del abogado. Es más, debo destacar que estas pautas están orientadas principalmente para cuando el cliente es un testigo o un denunciante/demandante, NO para clientes acusados o investigados por un ilícito penal. En tal caso, dichas reglas se modularían sustancialmente.
1.- Sé SIEMPRE respetuoso con todos los operadores jurídicos (fiscales, funcionarios, abogados de la parte contraria, etc.), no solo con el Juez. Incluso cuando estén defendiendo tesis contrarias a la tuya. El trato debe ser siempre de “usted”, no siendo necesario que el cliente utilice ningún otro tratamiento forense como “Señoría”, deja eso para el Abogado.
2.- Acude bien vestido al Juzgado. Ojo, no digo que se tenga que venir de traje y corbata para declarar como testigo (ni muchísimo menos), pero sí que recomiendo encarecidamente ir debidamente aseado y con aspecto presentable. Un juicio es un acto formal en el que debe mostrarse un mínimo de decoro y en el que no deberíamos ver a gente compareciendo en chanclas, bañadores o chándales de deporte. También queda terminantemente prohibido, por ser de falta de educación, el entrar en sala mascando chicle o con la cabeza cubierta por gorras, sombreros, etc.
3.- ¡Sé puntual! Las vistas se programan con mucha antelación y se organizan en función de la disponibilidad del Juzgado. Ten en cuenta que, seguramente, el Juez tendrá varios señalamientos para una misma mañana y un retraso en uno puede arrastrar a los siguientes. Ello por no hablar de que tu ausencia injustificada puede resultar fatal para el desenlace del juicio.
4.- Responde a lo que te preguntan…¡ni más, ni menos!. Demasiado a menudo vemos a testigos o justiciables que frente a una pregunta clara y concisa responden lo que les apetece, bien porque los nervios le jueguen una mala pasado, o bien porque quieran insistir en hechos o puntos distintos del que originó la pregunta. Estas actitudes son muy mal vistas por los Jueces, que no dudarán en llamarte la atención por ello. Es más, debemos tener en cuenta que, en el caso de testigos, no contestar o contestar con evasivas puede constituir un DELITO.
5.- Si te preguntan algo que no sabes o no recuerdas…dilo, no pasa nada. De nuevo, esto puede parecer una perogrullada, pero realmente ocurre que tras la toma de juramento o promesa de decir la verdad algunas personas se sienten obligadas a responder a todo –principalmente debido a los nervios o al desconocimiento-. Como bien refleja el punto, no hay ningún problema en responder con naturalidad que no conoces la respuesta a algo. A este respecto, es sabido que desgraciadamente los procedimientos judiciales acostumbran a alargarse más de lo debido, dándose la circunstancia que, cuando se realiza el juicio, pueden haber pasado meses o años desde los hechos enjuiciados, lo que puede hacer a mucha gente que se le olviden pequeños detalles o hechos específicos. E aquí, una vez más, un matiz: Una cosa es no recordar algún elemento de hecho sin importancia y otra muy distinta es “hacerse el sueco” ante las preguntas que no nos interesa responder. De nuevo, esta clase de conductas pueden dar lugar a un delito y en cualquier caso a la reprobación por parte del Juez. Ni que decir cabe que si nos “pillan” en alguna de estas conductas perderemos al momento toda nuestra credibilidad.
6.- Mantén la calma en todo momento, sin hacer gestos, bufidos o aspavientos, independientemente de lo que se esté diciendo. En un juicio es muy posible que escuches cosas que te indignen o te molesten. Es posible, incluso, que un testigo o la parte contraria estén diciendo cosas que sabes que son falsas y perjudiciales para tus intereses. En cualquier caso, escucha en silencio y no intervengas con ninguna de las actitudes que digo. Pocas cosas molestan más a un juez que tener a una de las partes negando exageradamente con la cabeza o emitiendo gruñidos de desdén mientras declara otra persona. Confía en tu abogado, que es quien intervendrá en el momento oportuno para refutar cualquier afirmación vertida en tu contra.
7.- Habla sólo cuando te den la palabra. En relación con el punto anterior, un juicio es un acto formal reglado en el que cada una de las partes tiene sus tiempos de palabra. No confundamos una vista oral con un programa de televisión. Aquí no hay –a priori– turnos de réplica ni posibilidad de añadir o matizar nada fuera de los tiempos establecidos. Por supuesto, nada de levantar la mano para hablar como si estuviésemos en una clase.
8.- Evita buscar con la mirada la ayuda o aprobación de tu abogado. Somos conscientes de que, a veces, el estrés de la situación y el no saber qué decir puede llevar a un testigo a “buscar la respuesta” en su abogado. Aun siendo algo comprensible, tenemos que evitarlo a toda costa, ya que el Juez y la parte contraria se darán cuenta enseguida y parecerá que únicamente estás diciendo lo que el abogado te ha ordenado. Debemos intentar ser siempre naturales y claros en nuestra declaración, sin que se entrevea una excesiva preparación, dado que perderemos credibilidad frente al auditorio.
9.- ¡Móvil apagado! Creo que no hace falta añadir nada más a este respecto.